Esa es la pregunta que estuve planteándome a medida que iba
descubriendo más y más detalles sobre la capital de la Agrupación de Comunas de
Cabo de Hornos y Antártica, en Chile. Eso viene a ser "la capital más
austral del mundo" y vivir en uno de los lugares más remotos del planeta
no es un juego de niños. En Puerto Williams (ubicada en la Isla de Navarino,
que forma parte del archipiélago de Tierra de Fuego) la vida es otra cosa, motivo suficiente como
para armarse de valor y paciencia y visitar ese rincón perdido del planeta.
¿Cómo se vive allí? Y aún más interesante ¿Quién vive allí y porqué?
Gracias a la invitación de SERNATUR Magallanes, el servicio
nacional de turismo de la región de Magallanes y Antártica Chilena, tuve la
ocasión de conocer un rinconcito tan fascinante y diferente a todo de Chile.
Fueron los indígenas nómadas llamados "yaganes"
los reyes del lugar hasta que el poderío del hombre occidental, interesado en
explotar la zona, acabó con ellos. En 1953 se fundó Puerto Luisa para dos años
después bautizarlo de nuevo como Puerto Williams en honor a un ilustre marino
irlandés. Así, Puerto Williams ha ido creciendo a la sombra del importante
Estrecho de Magallanes y el popular Cabo de Hornos. En 2002 la población era de
unas 2.000 personas, casi todos descendientes de colonos ingleses o
funcionarios de las Fuerzas Armadas de Chile.
Llegué a Puerto Williams en avioneta, sobrevolando el Cabo
de Hornos, un autentico espectáculo de la naturaleza formado por escarpadas rocas y pequeños
islotes deshabitados que ofrecen unas vistas extremas de la geografía austral.
Aterrizar en Puerto Williams fue llegar a una pequeña localidad perdida en el
último rincón habitado antes de llegar al continente blanco, la Antártida o
Antártica (como la llaman en Chile). Con
apenas una semanas de verano al año (en las que se alcanzan los 9 grados de
temperatura) los habitantes de Puerto Williams están acostumbrados a que la
vida allí tiene sus propio ritmo.
¿Vivirías en una isla en la que el clima es extremo y a
veces la tecnología falla o escasea (internet está y no está)? Debe ser que sus habitantes están hechos de
una pasta especial. Hablé con ellos y descubrí gentes felices, acostumbradas a
vivir bajo el manto de una naturaleza poderosamente inhóspita. Pero a ellos les
gusta y les apetece. Consideran que viven en un oasis, una joya y un regalo que
no está hecho para todos.
Fue maravilloso pasear por el Parque Etnobotánico Omora
(reserva de la biosfera) y visitar el Museo Antropológico Martín Gusinde,
sacerdote y científico austríaco que convivió con yaganes y selk' nam, los
indígenas de Tierra de Fuego, a los que allí se recuerda y rinde su merecido
homenaje y respeto.
Inevitablemente unido al mar, Puerto Williams me fascinó
porque realmente me hizo sentir que estaba en un lugar especial, alejado del
mundo. Pero incluso allí estaban pasando cosas y había personas, familias,
parejas, marineros y viajeros que decidían echar raíces y disfrutar de una
forma diferente de vivir. Esa en la que detalles como un rayo de sol, un café
caliente, una charla al lado de la estufa o ver volar un pajarillo son motivos
suficientes como para sonreírle a la vida y exclamar "Nadie lo diría pero
estoy aquí mejor que en cualquier otro sitio".
Entrevista a Carlos Vega, guía turístico en Cabo de Hornos y
Puerto Williams:
https://www.youtube.com/watch?v=oQny5dVikiA&list=PLX03ntEaXLfrUL_yiVnNGdgj51u0Ol2kg&index=42
Agradecimientos: SERNATUR Magallanes (http://www.sernatur.cl/region-de-magallanes)