Los Alpes es uno de los regalos más hermosos que ha dado la
naturaleza a Europa. Lo saben muy bien en Suiza. Hasta allí peregrinan cada año miles de turistas
que buscan contemplar desde lo más alto las espectaculares vistas y los
maravillosos paisajes alpinos. Quizás por eso (y por su innegable belleza) la
comuna suiza de Interlaken es uno de los destinos turísticos estrella y un
punto obligado de visita en todas las rutas de los viajeros ávidos de
naturaleza extrema.
Llegar a Interlaken es colarse en una estampa de praderas
verdes y montañas y pinos majestuosos. Una postal al más puro estilo
"heidi", mítica serie de dibujos animados que marcó a toda una
generación y nos hizo soñar con correr montaña abajo como la simpática
protagonista del cuento.
De entrada, la ciudad de Interlaken hace honor a su nombre
con los dos lagos que la rodean (el Thun y el Brienz) y que le aportan un
entorno majestuoso. El simple hecho de pasear en barco por sus tranquilas
aguas, contemplando las montañas del entorno, hace que la visita merezca la
pena. Paz, tranquilidad, harmonía, belleza, esplendor... Todo eso en un paisaje
que enamora al viajero novato en cuestiones alpinas. La ciudad de Interlaken es
el oasis al que nos gustaría escapar en esos días de agobio, estrés, trabajo y
nervios; una buena medicina para tener a mano y evadirnos al menos unos
minutos. Supongo que por eso se venden detergentes, ambientadores, jabones,
pastas dentífricas o chicles con el popular "aroma alpino" como
principal reclamo. Hay que ir allí para entender la sensación de frescor y
naturaleza que lo envuelve todo.
Cuando la Oficina de Turismo de Suiza en Barcelona me
propuso la visita al Jungfrau aún no era consciente de lo que me esperaba. Me
dijeron "Has de hacer la excursión estrella de Interlaken, subir al pico Jungfrau, Patrimonio de la
Humanidad!!". En 1811 fue la primera vez que se alcanzó la cima y desde
entonces se generó un interés y una admiración que hicieron a los suizos poner
empeño en que todo visitante, joven o anciano, con problemas de movilidad y
hasta las mascotas, pudiesen llegar al Jungfrau y contemplar las vistas. Por
eso construyeron un tren cremallera, el Jungfrauvahn, que cómodamente te lleva
hacia la cima donde te espera la estación de tren más alta de Europa. El
trayecto (más de 1 hora) es un escaparate con vistas a casitas de madera con
flores en las ventanas, a prados verdes, a vacas pastando... Y a partir de
cierta altura lo que ves es un manto blanco de nieve y los raíles del tren. Me fijaba en las expresiones de los turistas asiáticos venidos de la India para contemplar por primera
vez la nieve. Sus caras son casi lo mejor del paseo!!
Al llegar al observatorio te esperan varias visitas atractivas e imprescindibles: el palacio de hielo (dentro de la montaña), la terraza con las vistas a más altura (un ascensor sube hasta 3571m), que está ubicada en un observatorio astronómico con una panorámica espectaculare al glaciar Aletsch, la corriente de hielo más larga de los Alpes (más de 22km!!). Para compensar el frío y recargar pilas está la tienda LINDT de bombones, un reclamo para los más golosos, y por supuesto el restaurante con un mirador de cristal que ofrece una visión única de los Alpes mientras degustas el tradicional Rösti de patata y te recreas en la mesa, sabiendo que aquello es una experiencia difícil de repetir.
Entrevista sobre Interlaken y su famosa visita al Jungfrau "Top of Europe":
https://www.youtube.com/watch?v=WMuCaxLQqoo
Agradecimientos: Oficina Turismo Suiza en Barcelona